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Bueno, ya casi estaba en casa.

Seguí caminando por la calle hasta que mi corazón casi se me salió del pecho de horror al escuchar gritos y peleas en un callejón cercano.

El calor rugía en mis oídos. Me sentía congelado en el lugar, sin saber qué demonios hacer. Sabía que no debía involucrarme, esp...

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