76

Pero para mi total decepción, me recibió Arturo. Mi maldito hermano.

¿Qué demonios estaba haciendo aquí, y por qué siempre tenía que arruinar mi maldita diversión?

—No vas a ir a ninguna parte, hermano —me disparó Arturo enojado, cruzando los brazos con furia.

Rodé los ojos con enojo, cabreado. N...

Inicia sesión y continúa leyendo