90

Rodé los ojos de nuevo, divertida conmigo misma por querer seguir con esto. No había daño en intentarlo. No era como si alguien me conociera aquí. Podía bailar sin ser juzgada.

—Dios, ¿qué me pasa? —me reí—. Esto podría ser divertido.

Dirigí mi atención a los estantes de ropa, revisando los difere...

Inicia sesión y continúa leyendo