99

—¿Qué? —dije en voz baja, apenas susurrando.

—Supongo que tu juego de cama no era tan bueno, ¿eh? —bromeó Phillip, riendo a carcajadas. Riéndose de mi dolor. Riéndose de mi maldita pena.

Crucé los brazos con furia, la sangre rugiendo en mis oídos. Mis venas palpitaban. Este hijo de puta no tenía i...

Inicia sesión y continúa leyendo