7

—Eres tan fuerte, cariño—susurró Donte—. Tu madre estaría tan orgullosa de ti.

—Gracias, cariño—dije con aprecio—. Gracias por no rendirte conmigo.

—Nunca, cariño.

Seguí mirando la tumba de mi madre, sintiendo cómo mis ojos se hinchaban de tanto llorar. No podía soportar este dolor.

No podía sop...

Inicia sesión y continúa leyendo