8

No podía ocultar mi incomodidad. Mi cuerpo temblaba, y sentía que estaría mejor a seis pies bajo tierra, como mi madre en este momento. No podía soportarlo.

No podía soportarlo maldita sea.

—Lo que sea, me largo de aquí—. Las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa. —Diviértete admirando a...

Inicia sesión y continúa leyendo