10

—Está bien, cariño —respondió Donte tímidamente, rascándose el cuello—. Con la forma en que les hablabas y la forma en que te hablaban, me tenías un poco preocupado. Eso es todo.

—No necesitas preocuparte por mí, cariño —lo tranquilicé, contenta de que hubiéramos aclarado las cosas—. Me alegra que ...

Inicia sesión y continúa leyendo