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Dejé escapar un grito desgarrador. Sabiendo que era el final del camino para mí.

Sabiendo que este era mi destino.

Sabiendo que no había ninguna maldita salida para mí.

—Diciéndole que te vas a mudar —continuó Fibonacci—. Diciéndole que ya no lo amas, diciéndole que se olvide de ti. Diciéndole qu...

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