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—Eres tan hermosa—sonrió María—. Puedo ver por qué mi hijo está enamorado de ti.

Me reí en respuesta.

—Gracias—respondí tímidamente, mientras terminaba la última porción de pizza.

—Hola, cariño—dijo Donte, mientras entraba en la cocina y me rodeaba con sus brazos desde atrás.

—Hola, amor—sonreí,...

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