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Sonreí con suficiencia. Me encantaba cómo siempre sabía lo que estaba en mi maldita mente, y luego lo usaba a su favor. Siempre disfrutaba empujando mis malditos botones, y era tan jodidamente sexy.

—No bailo —reí, mientras me unía a ella en la pista de baile.

Ella se rió en respuesta.

—No hay re...

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