73

—Oh Dios mío—dije, sintiendo cómo mi pecho se contraía. Sintiendo que mi entorno giraba a mi alrededor.

No podía creer lo que veían mis ojos.

No podía creer lo que veían mis malditos ojos...

—¿Qué ha pasado?—preguntó Donte, atónito.

Hice lo mejor que pude para recomponerme, respirando profundame...

Inicia sesión y continúa leyendo