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Saqué mi teléfono mientras abría mi Ferrari y me deslicé en el asiento del conductor, girando la llave del motor.

—¿Sí, Arturo? —dije por la línea—. Necesito un pequeño favor. Quiero saber todo sobre la mujer que contraté como desarrolladora de software en Indigo. Consigue su expediente, cualquier ...

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