33

Elizabeth rodó los ojos con una expresión de enfado.

—No me voy a quedar a escuchar esta mierda insignificante —murmuró enojada—. Vamos, Harry. ¿Vienes o no, Maya?

Solté un suspiro. Quería ir con ella, pero sabía que si lo hacía, Fibonacci me castigaría cuando llegara a casa... y eso no era algo q...

Inicia sesión y continúa leyendo