38

Pero entonces…

Vi coches.

Vi gente.

Vi una autopista.

Sentí como si mi visión me estuviera jugando una mala pasada. Tuve que parpadear varias veces, solo para asegurarme de que no estaba soñando.

No podía creer lo que veía. Lo había logrado. Había encontrado gente, había escapado del desierto…

...

Inicia sesión y continúa leyendo