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Sentí que la sangre se me helaba al escuchar eso. Esto no podía estar pasando...

—Tengo todo el derecho de decirle a la policía quién eres y lo que haces —continuó el hombre—. Las peleas clandestinas son ilegales, y podrías enfrentarte a una larga condena.

—¿Por qué me estás diciendo esto? —escupí...

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