CAPÍTULO 143: LOS DIOSES DE LA MODA

Está lloviendo.

No es una tormenta, no es una llovizna—es ese tipo de lluvia suave parisina que esperarías de una película en blanco y negro.

Aunque no estoy en París. Aún no.

Estoy en la oficina de Lily en la Mansión Ellington—y estoy a punto de conocer a la mujer que decidirá si obtengo o no la...

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