CAPÍTULO 92: DIRECTO A LA MORGUE

—Verano— susurro con horror. —¿Cómo puedes decir eso?

Junio se suena la nariz, levantando la mano para limpiar las lágrimas que le caen por las mejillas. —Si yo muriera, serías libre.

Deja de decir eso— siseo, mi pecho subiendo y bajando como si acabara de correr un maratón.

—Tal vez ni siquie...

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