Capitulo 34: la serpiente en casa

El refugio huele a pólvora y sangre seca. Todavía resuenan en mis oídos los ecos de la batalla en el puerto, y aunque logramos herir a Vittorio, no fue una victoria: fue apenas un movimiento en una partida que se alarga.

La ciudad sigue ardiendo, y yo con ella.

Dante patrulla como un lobo heri...

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