Capítulo 67: el veneno en mi sangre

Los muros de la mansión todavía sangran pólvora. Los pasillos huelen a hierro y ceniza, como si la batalla nunca se hubiera ido. Matteo yace otra vez encadenado, esta vez en la sala más profunda, con doble guardia y barrotes que sellan hasta el aire.

Dante duerme con el fusil sobre las rodillas, ...

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