Capítulo 80: la traición de la luna

La noticia llegó con la velocidad de un disparo:

—Reina… tu hermana ya no se oculta.

El mensajero temblaba, cubierto de barro, el pecho agitado por la carrera. Me entregó un papel manchado de humo. Lo abrí, y mi corazón se quebró en mil pedazos.

Un mural. Pintado en la plaza del este. La figura d...

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