Capitulo 86: la trampa de la reina

La mañana se abrió fría, como si la ciudad entera supiera que algo iba a romperse. Desde mi balcón observé el humo que todavía subía en lontananza —señal de algún fuego menor que la manada había encendido para celebrar— y sentí en el estómago el peso de la derrota. Lía no era ya la sombra que pod...

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