Capitulo 87: la reina y la luna expuesta

La madrugada tuvo un frío cortante que me atravesó hasta los huesos, pero lo que venía después fue un frío peor: el frío del deber. Esta vez no salía al campo con lanzas y mapas; salía con mi sangre envuelta en cuerda y mi orgullo hecho trapo. Lía estaba encerrada en la cámara que fue de nuestra ...

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