Defiéndete

Lucien Virell POV

El aroma a hierro y podredumbre era casi eufórico.

Me recliné en el trono de terciopelo carmesí que habíamos reclamado de la última familia noble lo suficientemente tonta como para resistirse, girando una copa de sangre aún tibia y observando cómo captaba la luz de las velas. Los...

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