regreso a casa

Sentí calidez. No del tipo sofocante de la magia de sangre o el dolor. Calidez real. Mantas suaves. Respiraciones gentiles. Una cama tan grande que juro podría albergar a una pequeña aldea. El aroma a cedro, humo, almizcle, magia y comodidad me envolvía como un maldito capullo.

Y entonces los sent...

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