43. Castigo

Una vez que ambos estuvieron satisfechos y se hubieron recompuesto, Leviathan habló.

—Esa hija mía está en un gran problema. No me gusta que haya mentido. ¿Qué más hizo?

—Bueno, me llevó a un lugar en la ciudad donde pudimos conseguir algunas ropas.

—¿Te llevó a la ciudad?

—Sí.

—No entiendo. Si...

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