Capítulo 130

Me desperté con la luz del sol entrando por las ventanas de piso a techo, momentáneamente desorientada por el entorno desconocido. Las sábanas eran increíblemente suaves contra mi piel desnuda, y el colchón —demonios, esto debe haber costado una fortuna.

Un cuerpo cálido se movió a mi lado, y los r...

Inicia sesión y continúa leyendo