Capítulo 164

—Voy a venir— advertí, mis muslos comenzando a temblar. —Oh, mierda, estoy tan cerca.

Y entonces... nada.

Sus dedos se deslizaron fuera de mí, dejándome vacía y dolorida. Su boca se apartó de mi clítoris, y casi grité de frustración.

—¿Qué demonios?— jadeé, mirándolo con ojos desorbitados. —¿Por qué...

Inicia sesión y continúa leyendo