Capítulo 23

Nathan se pasó los dedos por su cabello perfectamente peinado, despeinándolo de una manera que solía hacer que mi corazón se acelerara. Ahora solo me daban ganas de lanzarle mi café.

—Cariño, por favor. Lo que teníamos —lo que tenemos— es especial. Olivia solo fue... no fue nada. Un momento de debi...

Inicia sesión y continúa leyendo