Capítulo 40

Sophia

Mia sonrió con complicidad mientras me veía retorcerme. —Estás sonrojada.

—No, no lo estoy.

—Tus mejillas están prácticamente brillando.

Agarré mi café y tomé un largo sorbo para esconder mi cara. —Solo hace calor aquí.

—Ajá. —Se recostó en su silla, luciendo demasiado satisfecha consigo...

Inicia sesión y continúa leyendo