Capítulo 59

—Oh Dios— jadeé, aferrándome a sus hombros para mantenerme firme.

—Te sientes tan bien— gruñó, añadiendo un tercer dedo. La sensación era deliciosamente dolorosa, haciendo que mi coño se apretara a su alrededor. —Tan jodidamente apretada.

Intenté besarlo de nuevo, pero me resultaba casi imposible ...

Inicia sesión y continúa leyendo