Capítulo 83

Cuando llegamos a la cocina, la senté en el fresco mostrador de mármol. Su vestido ya estaba arrugado alrededor de su cintura, y con un tirón rápido, se lo quité por la cabeza, dejándola solo con un sostén apenas visible.

Me tomé un momento para apreciar la vista. —Jodidamente hermosa.

—Claro que ...

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