Capítulo 84

Las luces de neón del bar arrojaban un cálido resplandor sobre nuestro rincón habitual. Yo saboreaba mi martini mientras Jack devoraba un plato de nachos como si no hubiera comido en días.

—Tranquilo, amigo. Esos nachos no van a ir a ninguna parte —bromeé.

—A diferencia de mi dignidad —Jack se lam...

Inicia sesión y continúa leyendo