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Angelico estaba sentado en su oficina cuando su teléfono comenzó a sonar. Suspirando, contestó la llamada y se la llevó al oído.

—¿Hola, con quién hablo? —dijo con un tono desinteresado.

—¿Papá? —La voz llegó tan clara como el cristal, atravesándolo mientras se levantaba de su silla de un salto.

...

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