Capítulo 6
Estaba un poco cansada y quería pasar un momento con mis gatos. Ordené todo en el estudio, limpié los pinceles, dejé la taza de té lavada, apagué las luces, cerré la puerta con llave y me fui.
Empecé a caminar por la ciudad.
Tenía ganas de un delicioso shawarma mixto, un kippe y una bebida, y a dos cuadras encontré mi lugar favorito. Entré, compré la comida y la llevé a mi apartamento.
El encargado no estaba. Entré al edificio y tomé el ascensor hasta mi apartamento, encendí la luz y mis gatos empezaron a maullar de alegría.
Agarré un plato del armario y un vaso, me serví la bebida, puse el shawarma y el kippe en el plato y comí. Todo estaba delicioso.
Luego lavé el plato y el vaso, puse comida y agua en el tazón de los gatos y también les di un poco de atún como recompensa por ser tan educados.
Entré en mi baño, me quité toda la ropa y me metí en la ducha con agua caliente, me froté el jabón por todo el cuerpo. Me sentía cansada de haber tenido sexo con Khan varias veces. Estaba realmente satisfecha. Luego me puse el champú en el cabello y después salí de la ducha.
Todo mi cuerpo comenzó a secarse y me puse una nueva crema que olía a coco, saqué unos pijamas de Star Wars de mi armario y me puse unos shorts rojos muy cómodos.
Me acosté en el sofá, encendí la televisión y comencé a ver la primera temporada de la popular serie de misterio estadounidense “Stranger Things.”
Mis gatos vinieron al sofá y se acostaron, uno a mis pies y otro cerca de mi cabeza. Estos momentos eran los que más amaba, por supuesto, además de cómo Khan me daba placer.
Esta semana los días habían pasado muy rápido. Se acercaba el viernes y un fin de semana en el que aún no tenía planes. Disfrutar de la vida cotidiana era mi lema.
Terminé de ver varios episodios y me fui a mi habitación. Dejé la ropa que iba a usar mañana en la silla, agarré un libro, leí un poco y me fui a la cama.
Me levanté con el timbre.
Había olvidado que la chica venía a limpiar el apartamento, caminé y abrí la puerta para Hannah. Volví a mi habitación y fui directo al baño a cepillarme los dientes y la cara y cambiarme de ropa.
Hannah ya me había preparado el desayuno: jugo de naranja, té y unas tostadas con mermelada de fresa.
Acababa de regresar de visitar a su familia en Sevilla, España.
Hannah me preguntó si quería que me dejara comida lista, pero le dije que no, porque a veces como cerca del estudio y probablemente iría a cenar con alguien.
Tomé mis llaves, pedí el ascensor, bajé, saludé al encargado y caminé hacia el estudio. Había olvidado que había apagado mi celular y lo encendí. Tenía dos llamadas perdidas de Khan y otra de mi mamá.
Primero llamé a mi mamá y empezamos a hablar. Me dijo que iban a España con papá y luego a Italia por un viaje de negocios. Quedamos en vernos antes de que viajen.
Luego, llamé a Khan y le dije que disculpara que había apagado mi celular, ya que estaba cansada y me había quedado dormida.
Khan me dijo que no me preocupara y me preguntó si podíamos vernos hoy y dijo que me recogería después del trabajo en mi apartamento y que empacara una bolsa para el fin de semana.
Me sorprendió mucho que quisiera que pasáramos todo el fin de semana juntos, pero realmente me gustó. Le dije que me gustaba la idea, le pregunté a dónde íbamos y me dijo que a Capadocia y a otro lugar, pero que era un secreto.
Llegué al estudio mientras hablaba con él, abrí la puerta y me despedí de Khan. Quería crear algunos bocetos de él, empecé a dibujarlo porque tenía muchas cosas que me atraían y, especialmente, su forma de ser.
Cuando vi el boceto, se parecía mucho a él. Me sentí excitada solo de pensar en lo que íbamos a hacer juntos este fin de semana. Ya había pensado en qué poner en mi bolsa. Empecé a pintar de nuevo para poder avanzar con los pedidos que tenía de otros clientes que me llegaban a través de mi página web. Por ese medio pagaban y luego una empresa de mensajería venía a recoger las pinturas.
A las cuatro y media de la tarde terminé de pintar, limpié todos mis pinceles, dejé todo ordenado, cerré la puerta de mi estudio con llave y caminé hacia mi apartamento para tener tiempo de ducharme y empacar mi bolsa.
Llegué a mi apartamento y cuando abrí la puerta me sorprendió que brillara intensamente, Hannah era una empleada excelente y de confianza, mis gatos la adoraban y me acerqué a consentirlos un rato. Les añadí más atún y comida y un poco más de agua.
Sabía que podía contar con Hannah para que viniera a revisar a Martín y Lola mientras salía con Khan.
Empecé a buscar una bolsa que llevaría conmigo y encontré una de tamaño mediano que era morada y de marca. Puse dos pijamas de seda, panties, brasieres, faldas, vestidos, zapatos planos, aretes, collares, camisetas, mis cremas y mi cepillo de dientes.
Fui a bañarme, también me lavé el cabello y apliqué un tratamiento para que brillara más. Me puse un labial rosa pastel y me delineé un poco.
Me acerqué a la cama donde había puesto una falda de mezclilla, panties negras y un brasier, una camiseta escotada con corazones coloridos y unas zapatillas violetas y fucsias. Además, me puse perfume de vainilla e hice una pequeña trenza para darle forma a mi cabello.
Mientras organizaba mi armario y veía si me faltaba algo, sonó el timbre. Abrí y era Khan, que estaba parado en la puerta. Le dije que pasara, que ya estaba terminando de arreglarme.
Se sentó en el sofá y Martín y Lola se acercaron a él y empezaron a ronronear mientras los acariciaba. Ya estaba lista con mi bolsa y mi cartera, poniendo el cargador, mi celular, mi billetera y mis llaves. Khan me llamó y me acerqué. Me dijo que estaba muy bonita vestida así y nos dimos un beso lleno de pasión.
En un momento, no sé cómo pasó, pero él me estaba quitando la camiseta y puso mis pezones en su boca y empezó a morderlos. Puso su mano derecha debajo de mi falda y tocó mi trasero. Khan entonces empezó a masturbarme mientras seguía mordiendo mis pechos.
Me susurró al oído que necesitaba lamer mi monte de Venus, me quitó las panties y empezó a lamerme con su lengua y mordió mi himen. Grité de placer.
—Sabes, Khan, que eres mi fruto prohibido.
—Yamila, disfruta. Solo quiero escucharte gemir.
