El regalo desconocido

Dos semanas después

—¿Ha hablado contigo?

Noah negó con la cabeza. —No. Me ha congelado; también a mis hermanos. Todo lo que hace es trabajar y cuando intentamos hablar, se va o cambia de tema.

Samantha suspiró. —Se va a morir de hambre así. Lilith tampoco habla conmigo y no sé qué hacer.

—Déj...

Inicia sesión y continúa leyendo