Capítulo 11

—Mi compañero predestinado es—

—¡Raymond!—grité, saltando de mi asiento y agarrando su brazo. Mi corazón latía contra mis costillas como un animal atrapado—. Por favor, no aquí—susurré con urgencia.

Sus ojos se encontraron con los míos, ardiendo con frustración y algo que parecía casi odio. Por un m...

Inicia sesión y continúa leyendo