Capítulo 20

Me quedé mirando el techo de la suite nupcial, contando las delicadas rosas talladas en la moldura del techo. Pasó una hora, luego dos. El sueño se negaba a venir.

La ironía no se me escapaba. Aquí estaba, en una cama destinada a recién casados, sola en mi noche de bodas mientras mi esposo indudable...

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