Capítulo 39 Agachando la cabeza para besar

Desde el momento en que Emily se inclinó, James quedó completamente atrapado por su aroma y esas curvas de infarto.

Cuando ella se puso de puntillas para acercarse, todo lo que James podía ver eran los labios rojos y carnosos de Emily, su mandíbula perfecta, su cuello esbelto, su delicada clavícula...

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