Capítulo 196 No puedes escapar de mi alcance

—Por favor... por favor, déjame entrar —suplicó Sadie, su voz temblando con lágrimas—. ¡Hay un lobo, va a comerme!

—¡Oh! —respondió Micah Clemens con indiferencia, levantándose lentamente, copa de vino en mano, y se alejó tranquilamente.

—Oye, oye, ¿no te importa en absoluto? —imploró Sadie, su vo...

Inicia sesión y continúa leyendo