Capítulo 39 Bye... bye...

Karla Duarte

Cuando el auto se detuvo frente a la residencia, suspiré. No sabía si de alivio o simplemente porque ya no podía sostener tantas emociones dentro. La noche había sido una montaña rusa... y no por la cena o por Lombardo, sino por ellos.

—Lo siento mucho —dijo Lombardo, girándose un po...

Inicia sesión y continúa leyendo