Capítulo 42 Eres un cabezota

Ernesto Duarte

Apenas escuché el clic de la puerta cerrándose tras Sara, sentí que algo se rompía adentro.

Mi pecho… el aire… mi puta lógica. Todo colapsó en un segundo.

Me senté en la silla como si no pudiera sostenerme de pie, apoyé los codos sobre el escritorio y llevé los dedos a las sienes, i...

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