Capítulo 50 Había hecho una promesa

Karla Duarte

Un pitido insoportable rompió el silencio de la mañana. Entreabrí los ojos y lo primero que sentí fue el calor del cuerpo de Ciro pegado al mío. Mi pierna reposaba sobre su cintura y mi brazo estaba extendido sobre su pecho firme, moviéndose con cada respiración profunda. Lo miré un se...

Inicia sesión y continúa leyendo