Capítulo 52 Corazón de zafiro rosa

Karla Duarte

El ding del elevador retumbó como un eco en mi pecho.

Las puertas se deslizaron con suavidad y ahí estaba él. Ciro.

Su rostro serio, su saco en una mano, la corbata medio suelta y el cabello un poco alborotado. Se veía agotado. Pero yo ya estaba harta de su indiferencia. Harta de no...

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