Capítulo 55 Una mansión de millones

Sara Sandoval

El avión aterrizó sin contratiempos, pero lo que me dejó sin palabras fue la imagen frente a mis ojos una hora y media después. La carretera se abría hacia un horizonte de azul infinito, un mar tan claro, pero oscuro que parecía irreal, como un cuadro pintado con tonos turquesa y blan...

Inicia sesión y continúa leyendo