Capítulo 75 Destrozada

Sara Sandoval

Las manos de Ernesto se deslizaron por mi cintura como si fueran dueñas de mi piel, subiendo lentamente, con precisión, hasta encontrar mis senos. Los acarició con esa mezcla perfecta de delicadeza y necesidad que me volvía loca. Sus labios, cálidos y seguros, descendieron por mi cuel...

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