El próximo capítulo

El olor a libros viejos llena mis fosas nasales y la parte posterior de mi cuello se calienta mientras el sol del mediodía brilla a través de la ventana arqueada a mis espaldas. Paso mis dedos por los viejos tomos de cuero polvorientos apilados sobre la mesa y agradezco al bibliotecario por ayudarme...

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