Capítulo 118 Cristales rotos

—Señor, lo extraño tanto. Tengo muchas ganas de usted —dijo ella provocante. Maskyn cierra los ojos y ella se acerca a él, lame y succiona suavemente su cuello.

Maskyn recuerda a la niñera, y su hombría se va despertando. Cuando él abre sus ojos, cae en la cuenta de su error al confundirla. Ya es l...

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