Capítulo 25 Estas enamorada

Guapura, deja a la pobre chica en paz.

—No, nena, no lo haré. Es más, ya sé cómo ella va a caer, y aunque lo niegues, yo le gusto. Lo sé por su mirada. Esa niñera va a caer.

—Definitivamente, con Tigo no se puede, guapura.

—Bueno, hablando de ti, entonces hacemos trato.

—Claro que sí. Me duele dejar...

Inicia sesión y continúa leyendo