Capítulo 32 Tú no te burlas de mí

Johana, al oír la voz de Maskyn, pegó un brinco de susto. Se giró, cubriendo con una mano sus pechos y con la otra su feminidad, como si buscara protegerse. Caminó hacia atrás y se pegó a la pared.

—Tú, tú, ¿qué haces? ¿Estás demente? —gritó ella, molesta.

—¡Ah! No grites, que alguien nos puede es...

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