41

En la habitación de Ellen, James y Lana se sentaron en silencio por un rato, ninguno habló hasta que Lana rompió el silencio.

—Te lo dije, James —dijo Lana, conteniendo la risa para no molestar el descanso de Ellen.

—Sí, claro que lo hiciste. No puedo con esa expresión en su cara y todos hablando ...

Inicia sesión y continúa leyendo